Los pensamientos vienen, el deseo, el amor, el gusto y el sentir, y a su vez la melancolía invade cuando todo aquello acaba. El tiempo, la gente, el alcohol y los vicios, te amargan, te quitan tu inocencia y te transforman en algo irreconocible, es interesante pensar qué tal vez todo sería mejor si la inocencia siguiera ahí, el poder confiar, ilusionarse, amar sin excusas y vivir sin remordimientos, pero siempre hay algo más allá de ello, extraño no tener heridas, a esa mujer sin miedos, la que podía hacer todo sin vergüenza, aquella que no dudaba de su persona, extraño todo y más, con el tiempo uno se quiebra y eso solo es culpa nuestra, pero lo que más extraño de todo es sentirme viva. Sentirme en mi propia piel, siendo yo, sin ninguna capa, sin nada que me oculte, me siento perdida en mi misma, sin encontrar salida alguna, quisiera escapar para poder ver la luz, para ser quien soy y dejar las apariencias, poco a poco he ido tirando el telón y ha surtido efecto, pero falta tiempo y falta vida, faltan ganas y muchos días, simplemente intento seguir bien, cumpliéndome mis promesas, intentando buscar mi felicidad, luchando por enamorarme de mi día con día, estoy harta de recibir sobras y que la gente crea que el valor de las personas puede ser nada, estoy enfadada con las cosas porque yo sola me he dejado ir así, me he quitado mi nombre, mi vida y mi valor, y eso con el tiempo me ha ido rompiendo desde adentro, me he lastimado tanto que realmente es triste pensar que tantas oportunidades hermosas las he corroído yo sola. Que más quisiera en este mundo poder estar al desnudo, poder mostrarme cómo soy sin que alguien quiera cambiarme, poder hablar sin miedo y poder saber que estoy, pero en esta vida solo hay dos modos, o te agarras y te atreves o te callas y te mueres, y yo siempre he estado neutra pero ya no más, considero que la solución a mis problemas es recuperar mi seguridad, mi dignidad y mi valor como persona, pero sé que será un tramo duro, largo y cansado, pero no me rendiré, ante la adversidad siempre habrá una luz, y en la oscuridad igual, voy en un camino a ciegas, uno hacia la felicidad, y poco a poco abro los ojos, así tal vez algún día llegue a ser quien quiero y que me valga madres, pero mientras sólo seguiré caminando.
-Khal Münt